Lo que salió en La Tercera

Describen los siete tipos de mujer que más perjudican a los hombres

Escritora explica que ellos se pueden sentir atraídos por féminas que siempre los necesitan y claman por ayuda, que presentan desbalances emocionales dignos de un filme de horror, que buscan siempre un mejor galán para cambiarlos o que los dominan pretendiendo ser sus madres.

Fecha edición: 07-08-2005

MILES DE HOMBRES en Estados Unidos miran con estupor a sus parejas tras leer el polémico libro: descubren que han estado casados con una mujer tóxica sin saberlo.

June Marshall es mujer y, como tal, puede recurrir a la más rotunda ironía para -literalmente- desnudar y ridiculizar a aquellos especímenes del mal llamado “sexo débil” que torturan, se aprovechan o, incluso, destruyen a un hombre. El libro Atención Hombres: Las Siete Peligrosas Hermanas (Men Beware!: The Dirty Seven Sisters, en inglés), en cuya cubierta una bella mujer invita seductoramente al género masculino, ha hecho que miles de hombres en Estados Unidos miren a su pareja y muevan la cabeza con estupor, al constatar que la dueña de su corazón en realidad es una tóxica mujer. Estos son los perfiles que describe la autora. Si reconoce alguno de ellos, tome sus cosas y huya.

1. La Reina del SPM

Debido a los vaivenes hormonales que vive cada mes, deja a los hombres sometidos a los arbitrios de un carácter cambiante. Este tipo de mujer, dice Marshall, exige -además- ser comprendida y aceptada con todos sus altibajos, incluso si bajo la influencia de ellos ataca a su pareja, para días después endiosarlo como al mejor hombre del mundo. Adopta aires de diva sufriente y martiriza a los varones con sus quejas, sus lágrimas y molestias.

2. La Niña Necesitada

“Un agujero negro emocional en permanente necesidad”, dice la autora. Este tipo de fémina se siente desamparada ante el mundo y depende por completo de su pareja para que la oriente, le diga qué hacer con su sueldo, le organice las cuentas, le indique qué comer o qué hacer en su trabajo, la acoja entre sus brazos cuando tiene pena y para que se haga cargo, en suma, de todas sus penurias.

3. Chica Material

“Toda ella gira en torno al dinero, los bienes de consumo y las apariencias”, indica Marshall. Es de las que, a la hora de conocer a alguien, pregunta cuánto gana y si le gusta salir de compras. Se fija en las marcas de todo, está permanentemente preguntando cómo luce y haciendo listas sobre las cosas que le falta (o simplemente desea) adquirir.

4. Selectiva perpetua

Pareciera que se siente feliz junto a su amado, pero de un día para otro empieza a quejarse de sus actitudes o gustos y deja entrever que “siempre está buscando a alguien mejor que su pareja, pero que lo mantiene cerca hasta que encuentre a ese otro”. Se siente mejor que su pareja y que para éste es un logro inmerecido estar con ella, lo compara con sus amigos y siempre mira con nostalgia a otras parejas, pensando en que el pasto del vecino se ve siempre más verde.

5. La Campana de Matrimonio

“A la primera cita, ya le está poniendo nombre a los hijos que tendrán y el sueño que la desvela es armar su álbum de matrimonio”. No es tan selectiva, aunque le interesa el estatus y apariencia de su futuro marido, si su familia es funcional y es capaz de preguntar hasta por enfermedades hereditarias. Si el candidato es de todo su gusto, lo convencerá de que ella es la mujer ideal, con la que siempre ha soñado y que ella nació para ser la madre de sus niños.

6. La Mamá

Se le olvidó el rol de ser pareja en algún punto de la relación, probablemente al segundo día. Se convierte en ama y señora de la vida personal del hombre y su alegato permanente es que ella sabe mejor lo que a él le conviene: “El se convierte en otro más de sus niños”, indica la autora.

7. La Habladora Imparable

Nunca cierra la boca. Nunca. Algunas hablan sin parar narrando a su saturado novio sobre cada una de las cosas que ha hecho durante el día, describiendo el desayuno que tomaron, cuán lleno iba el Metro camino al trabajo y de qué color se pintaron las uñas ese día (mostrándolas como evidencia). Sin embargo, este tipo de mujer suele ser menos tóxica que aquellas que analizan cada evento de la relación y generan un conflicto o punto importante a partir de ellos, estudiando el estado de salud del romance sin dedicarse a vivirlo de verdad.

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